Lunes, 14 de abril

Empezaremos situándonos en el Medidor emocional y después escucharemos el Evangelio del domingo para reconocer cómo nos sentimos y ver que desde Jesús, siempre hay una respuesta a cualquier de las circunstancias que estemos viviendo.


Por lo tanto: Tómate un momento, respira tranquilamente y respóndete… 

¿La emoción que siento en este momento es agradable o desagradable? ¿Cómo es mi energía?

¿Ahora, mira el Medidor y sitúate en el cuadrante que responda a estas dos variables?


Dejamos unos segundos…


Y escuchamos la lectura del Evangelio del pasado domingo: 


Lectura del santo Evangelio según San Lucas:


“Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa y los apóstoles con él y les dijo:
«Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer hasta que se cumpla en el reino de Dios».

Y, tomando un cáliz, después de pronunciar la acción de gracias, dijo:


«Tomad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios».

Y, tomando pan, después de pronunciar la acción de gracias, lo partió y se lo dio diciendo:

«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía».

Después de cenar, hizo lo mismo con el cáliz diciendo:

«Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros».

«Pero mirad: la mano del que me entrega está conmigo, en la mesa. Porque el Hijo del hombre se va, según lo establecido; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!».

Ellos empezaron a preguntarse unos a otros sobre quién de ellos podía ser el que iba a hacer eso.”




Palabra de Dios

(Contestamos todo: Te alabamos Señor)