Jueves, 16 de marzo
Cuenta una fábula, que una ciudad fue invadida por una bandada de pequeños pájaros. La situación se hizo tan grave, que se tomó la resolución de contratar a un cazador para matar a todos los pajaritos que pudiese atrapar con sus redes. Al lanzar su red, uno de los dedos se le enredó de tal manera que, a causa del dolor, estaba bañado en lágrimas.
Un pequeño pájaro, confundido, dijo: Mirad, el cazador está llorando por nosotros. A lo que un viejo pájaro le respondió: ¡No te fijes en sus lágrimas, sino en sus manos ensangrentadas!”
Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: