Miércoles, 22
Jesús dijo a la Samaritana: “...Cualquiera que beba de esta agua, volverá a tener sed; más el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Jn. 4). Tú y yo podemos ser de gran ayuda para los demás: por los talentos que poseemos; pero si no benefician a cuantos tratan contigo, eres una cisterna, no una fuente… ¡SÉ AGUA PARA LOS DEMÁS! Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Ayúdanos a no guardarnos el agua para nosotros mismos. Tenemos muchos dones que podemos poner al servicio de los demás. Gracias por todo lo que podemos hacer de bien y Bueno. Gracias Señor. Hoy rezamos con esta canción: Tu fidelidad: