Lunes, 6 de marzo

 Una reflexión para empezar el día:

Me parece que la primera cosa que tendríamos que enseñar a toda persona que llega a la adolescencia es que los humanos no nacemos felices ni infelices, sino que aprendemos a ser una cosa u otra y que, en una gran parte, depende de nuestra elección el que nos llegue la felicidad o la desgracia.


Habría también que enseñarles que la felicidad nunca es completa en este mundo, pero que, aun así, hay raciones más que suficientes de alegría para llenar una vida de sabor y de entusiasmo y que una de las claves está precisamente en no renunciar o ignorar los trozos de felicidad que poseemos por pasarnos la vida soñando o esperando la felicidad entera.


Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos:

Que cada gesto, palabra u obra mía del día de hoy 

haga que alguien sea feliz. Te lo pedimos, Señor


Ser feliz depende de ti: