Martes, 14 de marzo
He adornado mis balcones con “demasiadas flores” para que la gente lo admirara todo y, de paso, hablara bien de mí, y todo era para tratar de esconder lo que no deseo que los demás sepan de mí;
he dicho galanterías y he hinchado las frases, he adulado interesadamente porque “me convenía” y he pisado el nombre de algunas personas sin misericordia.
He utilizado la dulzura para manipular con más delicadeza, he sido obstinado y hasta creído en algunos momentos y sólo ha servido para multiplicar mi necedad.
Por eso te digo, perdóname Señor, perdónanos...