Lunes, 27 de noviembre

El Hno. Gabriel Taborin
ALGUNOS RASGOS DE GABRIEL

El Venerable H. Gabriel era de una estura mediana (1,72 m.), corpulento, pero bien proporcionado. Su aspecto un poco frío, quizás debido a su habitual y continua reflexión y a su fuerza de voluntad; sus ojos vivos imponían reserva y respeto. Pero bastaba que abriera los labios para dejar aparecer los tesoros de afabilidad que encerraba su corazón, ganando enseguida la confianza que uno había dudado en un comienzo se le podía dar... Era de temperamento vivo, rápido, decidido...desde la cuna.

El correr de los días de su vida nos enseñará que si la razón y la fe se ampararon completamente de su corazón y lo gobernaron sabiamente, las reacciones de su sensibilidad eran fuertes, como lo testimonian las relaciones con el Abad Roberto y las numerosas cartas escritas como consecuencia de las numerosas dificultades de su vida de Fundador.

Completamente dueño de sí mismo en medio de los comentarios más o menos jocosos, más o menos amargos, que oía a su alrededor, relativos a su conducta y a sus proyectos, no lo era menos para atraer a los otros hacia lo que él quería, porque por instinto, Gabriel se imponía, no para imponer sus caprichos, o imponer su autoridad, o satisfacer su orgullo, sino para hacerse escuchar: ya en los sermones infantiles, ya en las ‘misas’ de su liturgia, ya en los rosarios o procesiones...

En nuestra ORACIÓN DE FAMILIA  hoy,  Señor, te pedimos:

Ayúdanos a ser jóvenes, como Gabriel, que sepamos ser sensibles ante las necesidades de los demás. Que aprendamos a saber controlar nuestro carácter, que no respondamos mal, que nuestros gestos no sean de desprecio, que no pretendamos ser unos creídos. Te lo pedimos, Señor.