Jueves, 22 de febrero

¡Buenos días familia!

Para nuestra reflexión de hoy tenemos una historia que nos puede tocar el corazón:

- Papi, ¿Cuánto ganas?, dijo el pequeño con voz tímida, fijando sus expresivos ojos en su agotado padre, que llegaba del trabajo.

- No me molestes, hijo. ¿No ves que vengo muy cansado?

- Pero papi. Dime, por favor, ¿cuánto ganas?, insistió...

- 200 euros al día, respondió el hombre, irritado, con tal de quitárselo de encima.

El niño se agarró a su cartera y le dijo:

- Papi, ¿me prestas cien euros?

El padre montó en cólera, y tratando con brusquedad al niño, le dijo:

- ¿Así que para eso querías saber cuánto gano? Vete a dormir y no me molestes.

Ya era tarde cuando el padre se puso a pensar sobre lo ocurrido. El incidente le hizo sentirse culpable. Tal vez su hijo quería comprar algo...

Había estado muy ocupado en el trabajo últimamente, y no estaba al tanto de

los acontecimientos del hogar. Queriendo descargar su conciencia dolida, se

asomó a la habitación del pequeño.

- Hijo, ¿estás dormido?

El niño abrió los ojos a medias. 


- Aquí tienes el dinero que me pediste. - ¿Para qué lo querías?

Frotándose los ojos, su hijo metió la mano debajo de su almohada y sacó varios billetes arrugados. - Es que quería llegar a tener 200 euros ¿Me vendes un día de tu tiempo?


En nuestra ORACIÓN DE FAMILIA  te decimos:

Gracias por quienes nos quieren y nos regalan aquello que no se puede comprar en una tienda….quizás por eso es más valioso. Gracias porque no nos faltan amigos que nos regalan compañía. Gracias porque tenemos unos padres que saben que somos lo más importante en su vida. Gracias por los profesores que día a día nos transmiten conocimientos, pero nos regalan valores para enriquecer nuestra vida. Gracias por los catequistas que nos ofrecen su experiencia de fe. Gracias por todas las personas desconocidas que, día a día, nos regalan su tiempo para que cada uno de nosotros podamos ser más felices. Por todos. Gracias Señor.