Miércoles, 17 de abril

   Buenos días, 

Antes de iniciar nuestra oración de hoy, os pedimos que intentéis identificar cómo os sentís en este primer momento consciente del día y que, mentalmente, y durante unos segundos, os situéis en uno de los cuadrantes del Medidor Emocional.

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Ante este delicado momento internacional en el que la Paz corre peligro y el poder de las armas deja su impronta, acogeremos en nuestra oración de esta semana el testimonio de Personas que han hecho de su vocación su vida y DE SU VIDA VOCACIÓN, y la vivieron a tope.



Gandhi es conocido con el sobrenombre de Mahatma (que significa “alma grande”). Pertenecía a la casta de los banias, mercaderes famosos. En su formación influyeron principalmente tres credos religiosos distintos: el hinduismo, el musulmán y el jainita.

Este último defendía la práctica de la no violencia hacia cualquier ser vivo.

Después de una etapa de estudiante de Derecho en Londres, vivió en Sudáfrica, donde luchó por la defensa de los derechos de la minoría india. Volvió a la India en 1915 promoviendo un programa de no cooperación sin violencia, con el gobierno británico 

La campaña duró desde 1920 hasta 1922 en que, repentinamente, Gandhi se disoció de ella a causa de un estallido de violencia en que murieron varios policías. Un mes después fue arrestado y condenado a prisión. 

Cuando fue puesto en libertad en 1924, se dedicó al trabajo de “unir de corazón” a hindúes y musulmanes.  A pesar de sus esfuerzos por forjar la unidad entre musulmanes e hindúes no se logró construir el puente que salvara la brecha entre las dos comunidades, lo que hizo que, en 1940, la Liga Musulmana reclamara un estado musulmán segregado, el futuro Pakistán. 

Cuando, tras la II Guerra Mundial, llegó a su fin la dominación británica en 1947, el subcontinente quedó dividido en dos naciones rivales, India y Pakistán, solución final a la que Gandhi se había opuesto. Se llegó al clímax de la tragedia cuando, el 30 de enero de 1948, él mismo fue asesinado por un extremista hindú que pensaba que su actitud hacia los musulmanes era una traición al hinduismo.


Oración: Te damos gracias, Señor, porque muchos hijos tuyos, como Gandhi, “almas grandes”, han sido capaces de entregar toda su vida en pro de la paz dando testimonio pleno y sirviendo de modelo para muchas personas de buena voluntad. Haznos también constructores de paz en nuestro entorno y en nuestro mundo. Amén