Miércoles, 2 de octubre

Empezaremos situándonos en el Medidor emocional para reconocer cómo nos sentimos y después continuaremos con la Oración como respuesta a lo que vivimos.


Por lo tanto: Tómate un momento, respira tranquilamente y respóndete… 

¿La emoción que siento en este momento es agradable o desagradable? ¿Cómo es mi energía?

¿Ahora, mira el Medidor y sitúate en el cuadrante que responda a estas dos variables?


Dejamos unos segundos…


Hoy, en nuestra oración de familia, te decimos:


Si necesitas alguien para ser feliz, eso no es amor... Es carencia.

Si tienes celos, inseguridades y haces cualquier cosa para mantener a esa persona a tu lado, aun sabiendo que no eres correspondido, eso no es amor... Es falta de amor propio.


Si crees que tu vida queda vacía sin esa persona; y no consigues imaginarte solo, manteniendo una relación que se acabó, eso no es amor... Es dependencia.



Si piensas que el ser amado te pertenece; te sientes dueño y señor de su vida y no le das la oportunidad de expresarse, de decidirse, eso no es amor... Es egoísmo.



Si no lo deseas; y sin embargo quieres estar a su lado, eso no es amor... Es amistad.



Si tu corazón late más fuerte; y tu temperatura sube y baja vertiginosamente, sólo en pensar en la otra persona, eso no es amor... Es pasión.



El amor es: Paciente. Servicial. No tiene envidia. No actúa con bajeza. Ni busca su propio interés. No se deja llevar por la ira. Olvida las ofensas y perdona, No  se alegra de algo injusto. Siempre le agrada la verdad. El amor lo disculpa todo, todo lo cree, todo lo espera, y todo lo soporta.


El amor nunca pasará.