Miércoles, 11 de diciembre

Empezaremos situándonos en el Medidor emocional para reconocer cómo nos sentimos y después continuaremos con la oración como respuesta a lo que vivimos.


Por lo tanto: Tómate un momento, respira tranquilamente y respóndete… 

¿La emoción que siento en este momento es agradable o desagradable? ¿Cómo es mi energía?

¿Ahora, mira el Medidor y sitúate en el cuadrante que responda a estas dos variables?


Dejamos unos segundos…


Y empezamos nuestra Oración de Familia


Cuentan que lo que en esta historia se narra ocurrió realmente: Con motivo de la película “La Pasión de Cristo”, un destacado y sabio conferenciante fue invitado a hablar de Jesús a gente no creyente.


Al terminar su brillante conferencia, llena de datos históricos y referencias bíblicas, uno de los asistentes le preguntó por qué Jesús fue rechazado en su tiempo por sus paisanos y abandonado hasta por sus discípulos.


Otro le preguntó por qué hoy los que los cristianos tenemos por verdaderos testigos y profetas también son rechazados.


El profesor explicó con elocuencia el porqué. Pero lo más curioso fue que mientras hablaba se dio cuenta de la diferencia entre lo que él predicaba y lo que vivía.


Y no pudo menos que decirse interiormente: “Es curioso:  dondequiera que va un verdadero cristiano hay una revolución, mientras que donde voy yo, sólo hay reuniones y banquetes”.


Y cuentan que desde aquel día cambió su estilo de vida.

Rezamos juntos:


No desistas, Señor, sigue insistiendo

en venir a nosotros, 

en hacerte vecino 

del dolor y de la lágrima.

Ven más cada mañana, 

nunca dejes de acercarte.


Sucede que la arcilla es así,

que está rajada de añoranza y de amor

y nuestro ser com un cántaro

se nos queda sin sol, se cuela el agua

hacia Ti.


Sigue empeñado, 

a pesar de nosotros y la aurora, 

viniendo a nuestra sed.

Llegará un día en que todo estará

como Tú quieras.