27 de octubre
Día 27, Lunes
Buenos días escuchamos el evangelio del domingo:
En aquel tiempo, Jesús
dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí mismos por considerarse
justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El
fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones,
injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana
y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio,
quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se
golpeaba el pecho diciendo:
“Oh Dios!, ten compasión de este pecador”.
Os digo que este bajó a
su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado,
y el que se humilla será enaltecido».
Oración
Ayúdanos,
Señor, a no caer en la trampa de compararnos con los demás. Líbranos de pensar
que somos mejores porque no hacemos esto o aquello. Quita de nuestros ojos la
venda que nos hace juzgar a nuestros amigos, a nuestros compañeros o a
cualquier persona que no piensa como nosotros.
Danos
la valentía del publicano: la humildad para reconocer nuestros fallos, nuestros
errores y las veces que no hemos estado a la altura. Que nuestra oración sea siempre
sincera y directa, reconociendo que necesitamos Tu misericordia y amor
en nuestra vida, todos los días.
Padre
nuestro