11 de noviembre

 

Día 11, Martes

¡Buenos días! Hoy proponemos comenzar nuestro momento de oración de la mañana con esta relajación.


https://youtu.be/G0SgSIBBYJM
 

Posición: Nos sentamos cómodamente en las sillas con la espalda recta, los pies planos en el suelo y las manos sobre sus muslos o el pupitre.

"Buenos días a todos. Vamos a tomarnos unos minutos para soltar la prisa y centrarnos antes de empezar. Por favor, sentaos cómodamente en vuestra silla, con la espalda recta pero relajada. Los pies en el suelo. Podéis cerrar los ojos suavemente, si os sentís cómodos. Si no queréis cerrarlos, simplemente dirigid la mirada hacia el suelo o vuestro pupitre.

Ahora, escucha la música de fondo mientras diriges tu atención a tu respiración. Simplemente respira de forma natural, sin forzar nada. Inhala... y exhala.

Siente cómo el aire entra por tu nariz, llenando un poquito tu pecho y tu abdomen... y cómo sale lentamente, llevándose cualquier tensión que puedas tener.

Inhala: paz. Exhala: cualquier pensamiento sobre lo que pasó ayer o lo que pasará después.

Siente tus hombros. Quizá están un poco tensos. Déjalos caer... Relájalos. Relaja tu mandíbula. Aflójala. Relaja los músculos de tu frente y alrededor de tus ojos. Ahora, dirige toda tu atención a tus manos. Nota dónde están. Si hay tensión, déjala ir. Siente el peso de tus brazos...

Vamos a volver al presente, aquí, en el aula. Escucha la música una vez más... Siente el contacto de tus pies con el suelo... Siente tu cuerpo apoyado en la silla. Estás seguro, estás aquí, estás presente.

Terminamos con esta oración:

 

Señor, te pido energía para luchar,


grandeza de alma para amar,

nobleza para no ser rastrero,

rebeldía contra malas pasiones,

sinceridad para no ser un farsante,

decisión para vivir mi ideal cristiano,

dignidad para ser persona,

tesón para estudiar con constancia,

alegría para saber vivir,

fuerza para confesar la verdad,

espíritu de sacrificio para ser más fuerte,

luz para conocer mis defectos,

entusiasmo para ser tu Apóstol.

Todo, Señor, aunque me cueste porque soy tu amigo.