Oración de la Familia Sa-Fa 1º 2º 3º ESO

Comenzamos el día con unas palabras de la Madre Teresa de Calcuta: Una madre que tenía doce hijos: La más pequeña de todos, que era niña, estaba afectada por una profunda minusvalía. Me resulta difícil describir su aspecto, tanto desde el punto de vista físico como emocional. Cuando se me ocurrió brindarme a acoger a la niña en uno de nuestros hogares, donde teníamos otros en condiciones parecidas, la madre prorrumpió en sollozos: – ¡Por Dios, Madre Teresa, no me diga eso! Esta criatura es el mayor regalo que Dios ha hecho a mi familia. Todo nuestro amor se centra en ella. Si se la lleva, nuestras vidas carecerán de sentido. Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Ayúdanos, Señor, a aceptar, querer y proteger a los miembros de nuestra familia que son más débiles por la edad o la enfermedad. Que sepamos estar a su lado, transmitir cariño y regular nuestro tiempo. Te lo pedimos Señor. Rezamos juntos un Avemaría.

¡Buenos días familia! Todos queremos la PAZ. Porque el mundo entero la necesita, y cada persona quiere vivir en PAZ. Y todos los días nacen nuevas y excelentes instituciones para conquistar la PAZ, difundirla, defenderla, apuntalarla, etc. Del mismo corazón de Cristo, el Señor, nace la PAZ como un anticipo de la gloria. En el Sermón de la Montaña (Mt. 5, 3-12) se da el momento clave y el sentido pleno de todo el Evangelio: “Bienaventurados los que trabajan por la Paz” (Mt. 5, 9) Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Danos siempre valor para defender la paz en el débil. A ser pacíficos en nuestra familia y en el colegio. Te lo pedimos, Señor. La paz (Juanes paz paz paz): 

  Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Gracias, Jesús, por ser nuestra Buena Notica, por ser nuestra familia, por querernos. Gacias porque cuentas con nosotros para que los demás te sientan cerca de ellos. Gracias Señor.   Terminamos con la canción de Ixcis que nos invita a actuar. Y no olvides que este domingo   Jesús te espera en la celebración de la Eucaristía. Vívela con tus amigos y participa en el coro, porque “Cantar es rezar dos veces”.

  Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Te sentimos cerca cuando otras personas se preocupan de nosotros y nos ayudan a educarnos, cuando compartimos nuestra alegría y nos divertimos con los amigos, cuando alguien nos pide ayuda y nosotros se la damos con gusto.   Te sentimos cerca al regresar a casa y comer en familia, en el rato de estudio y en el descanso, cuando anochece y el sueño nos vence.   Te sentimos cerca, Señor: que te descubramos en lo nuestro en eso que hacemos cada día estamos seguros de que “tú estas cerca, Señor.   Gracias por estar a nuestro lado, en lo bueno y en lo malo, porque estás junto a nuestra familia, gracias Señor.

  ¡Buenos días familia!   Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Señor, enséñame a no hablar como un bronce que retumba o una campanilla aguda, sino con amor. Hazme capaz de comprender y dame la fe que mueve montañas, pero con el amor.   Enséñame aquel amor que es siempre paciente y amable: nunca celoso, presumido, egoísta y quisquilloso. El amor que encuentra alegría en la verdad, siempre dispuesto a perdonar, a creer, a esperar, a soportar.   Ayúdame a recordar que el amor empieza al dedicarnos a aquellos a quienes tenemos a nuestro lado: los miembros de nuestra propia familia.   Canción: Somos familia:    

  ¡Buenos días familia!   Hoy escuchamos esta canción de la Oreja de Van Gohg, que nos puede ayudar a pensar sobre la confianza.     Cuéntame al oído, muy despacio y muy bajito, porque tiene tanta luz este día tan sombrío. Cuéntame al oído, si es sincero eso que ha dicho o son frases disfrazadas esperando sólo un guiño. Cuéntame, cuéntame. El cielo acostado detuvo el tiempo en el beso y ese beso a mí en el tiempo.   Cuéntame al oído, a qué sabe ese momento donde esperan hoy los días en que aquello era un sueño. Cuéntame el oído, donde quedan hoy tus miedos, si aún guardas sus caricias en la caja del recuerdo. Cuéntame, cuéntame. El cielo acostado, detuvo el tiempo en el beso, y ese beso a mí en el tiempo.   Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Gracias, Señor, por todas las personas en las que podemos confiar, contarles nuestras cosas al oído. Por el tiempo que nos dedican y por su apoyo, gracias Señor.

  Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Quiero vivir, Señor: hacer de la verdad el camino para mis pasos. Quiero vivir, Señor: hacer del amor limpio la norma de mi conducta. Quiero vivir, Señor: hacer de la libertad espacio para mi búsqueda. Quiero vivir, Señor: hacer del servicio la constante de mi vida. Quiero vivir, Señor: hacer de la reconciliación un camino de paz.   Quiero vivir, Señor: hacer de la esperanza una fuerza hacia adelante. Quiero vivir, Señor: hacer de la oración un lugar de encuentro contigo. Quiero vivir, Señor: hacer de la justicia un camino hacia el hermano herido. Quiero vivir, Señor: hacer de la humildad la base de cuanto soy.   Terminamos con una canción-oración para ser luz. Ain Karem.

Soy joven, Señor, y quiero vivir con fuerza y alegría; soy joven y quiero estrujar mi vida y llegar hasta el fondo; soy joven y, la verdad, Señor, no sé lo que es vivir a veces; soy joven y busco caminos, aunque no he encontrado el sendero cierto.   Tú amas la vida, señor Jesús, y quieres al joven en pie, firme; amas la vida y has roto las ataduras de la muerte, resucitando; tienes Palabras de vida eterna para el corazón del hombre, y le has dado el pan de vida para que camine con valor.   Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Señor de la vida: quiero vivir desde el centro de mi ser. Señor de la vida: quiero ser feliz y mantener mi dignidad, Señor de la vida: quiero enraizar mi vida en ti, que eres Amor.     Terminamos con una canción oración… que bien se está cuando se está bien (Hakuna)

  Comenzamos el día con unas palabras de Madre Teresa de Calcuta:   No deberíamos vivir en las nubes, en un nivel de superficialidad. Deberíamos empeñarnos en comprender mejor a nuestros hermanos y hermanas. Para comprender mejor a aquellos con quienes convivimos, es necesario que antes nos comprendamos a nosotros mismos. Jesús, nuestro modelo en todo, lo es también en la obediencia. Yo estoy convencida de que siempre pedía permiso para todo a María y a José.   En Jesús, María y José, los integrantes de la Sagrada Familia de Nazaret, se nos brinda un magnífico ejemplo para la imitación. ¿Qué fue lo que hicieron? Un hogar donde reinaban la ternura, la comprensión y el respeto mutuo.   Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Que sepamos obedecer a quienes buscan lo mejor para cada uno de nosotros. Te lo pedimos, Señor

 Enséñanos a ver a Jesús en los miembros de nuestra familia, especialmente en los momentos de dificultad. Te pedimos por las familias divididas, por las que sufren a causa de la pobreza, la injusticia, la enfermedad. Que sepamos ofrecerles acogida y solidaridad. Que todas las familias sean verdaderas comunidades de fe y de amor, como tu Familia de Nazaret. Y que todos nos sintamos hijos tuyos y hermanos de todos los hombres. Amén.   Mirar y contemplar el cuadro de la Sagrada Familia:

La oración no creará el mundo, pero mueve montañas. No le exijas a la oración que haga lo que ella no puede, lo que no debe  y lo que no querrá hacer. Lo que sí puede, debe y querrá hacer  es mucho más interesante y satisfactorio. Cambia nuestras vidas, Porque puede y debe cambiar nuestras actitudes. Con unas pocas palabras, fáciles de decir, nuestra voluntad podrá desear  totalmente la voluntad de Dios. Algo tan fácil de decir como pedir el pan de cada día. Terminamos con una canción - oración de Hakuna… Deseo.

  Señor, bendice mi boca para que dé testimonio de Ti y no diga nada que hiera o destruya; que sólo pronuncie palabras que alivian, que nunca traicione confidencias y secretos, que consiga despertar sonrisas.   Señor, bendice mi corazón para que sea templo vivo de tu Espíritu y sepa dar calor y refugio; que sea generoso en perdonar y comprender y aprenda a compartir dolor y alegría con un gran amor. Dios mío, que puedas disponer de mí con todo lo que soy, con todo lo que tengo.

En la oración de esta mañana, vamos a ver un video que nos ayudará en la reflexión. Después de verlo, tendremos un rato de silencio para reflexionar.  

Queremos expresarte nuestro gozo porque te sentimos cerca Sí, muy cerca de cada uno muy cerca de nuestras cosas muy cerca de nuestra vida muy cerca de nuestra historia. Te sentimos cerca cuando amanece y la luz abre nuestros ojos cuando el agua nos refresca y volvemos a la realidad cuando damos el primer saludo a quienes más queremos Te sentimos cerca al coger los libros para volver al colegio al encontrarnos con la gente en las calles al ver de nuevo a los compañeros del grupo. Gracias Señor por tu presencia en nuestras vidas.   Rezamos juntos la oración del PADRENUESTRO

El mes de enero nos invita a recordar a Jesús, María y José. El hogar de Nazaret nos invita a reunirnos en torno a la mesa para compartir cosas de nuestra vida, nuestros sueños, nuestros proyectos. Nos invita al trabajo, al esfuerzo cotidiano para realizar de la mejor manera posible la labor que el Señor nos ha encargado. Jesús nos invita a vivir anunciando su mensaje de esperanza, a compartir valores como la amistad, el respeto, el espíritu de familia... a la manera que la familia de Nazaret los vivió. Nazaret nos espera, como nos espera siempre el hogar, el refugio cálido y   tranquilo donde sentirnos en casa, unidos en torno a la mesa y a las personas queridas. Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos: Que Jesús, María y José nos ayuden a ser fieles a responder a la invitación, de vivir y sentirnos como en casa. Te lo pedimos, Señor.

  Señor, bendice mis manos para que sean delicadas y sepan tomar sin jamás aprisionar, que sepan dar sin calcular y tengan la fuerza de bendecir y consolar. Señor, bendice mis ojos para que sepan ver la necesidad y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra; que vean detrás de la superficie para que los demás se sientan felices por mi modo de mirarles. Señor, bendice mis oídos para que sepan oír tu voz y perciban muy claramente el grito de los afligidos; que sepan quedarse sordos al ruido inútil y la palabrería, pero no a las voces que llaman y piden que las oigan y comprendan aunque turben mi comodidad. Terminamos con una canción para ser luz  

De nuevo nos encontramos en el colegio. Hoy damos gracias a Dios por los días pasados en familia, por todo lo que hemos disfrutado, por cada detalle, por cada momento que nos ha hecho crecer como persona. Damos gracias a Dios por el reencuentro, porque seguimos sintiendo la Amistad como un valor fundamental en nuestra vida, porque cada amigo y amiga son parte de nuestra que nos ayuda a disfrutar. Damos gracias a Dios por la oportunidad de mejorar, de superarnos, por saber que no somos malos, solo que a veces metemos la pata. Gracias porque siempre podemos llegar a más. Por nuestra familia, por nuestros amigos, profesores, gracias Señor.     Se puede dejar unos momentos para que cada uno piense en un compromiso para este año que hemos comenzado.