Miércoles, 22 de marzo

Jesús dijo a la Samaritana: “...Cualquiera que beba de esta agua, volverá a tener sed; más el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Jn. 4).


Tú y yo podemos ser de gran ayuda para los demás: por los talentos que poseemos; pero si no benefician a cuantos tratan contigo, eres una cisterna, no una fuente… ¡SÉ AGUA PARA LOS DEMÁS!


Hoy, Señor, en nuestra oración de familia te decimos:

Ayúdanos a no guardarnos el agua para nosotros   mismos. Tenemos muchos dones que podemos poner al servicio de los demás. Gracias por todo lo que podemos hacer de bien y Bueno. Gracias Señor.


Hoy rezamos con esta canción:


Tu fidelidad: