Lunes, 30 de octubre

Heridas que no duelen“HERIDAS QUE NO DUELEN”

 

En un día caluroso de verano, en el sur de la Florida, un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró al agua y nadaba feliz. No se daba cuenta de que un cocodrilo se le acercaba. Su mamá, desde la casa, miraba por la ventana, y vio con horror lo que sucedía. Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía.


Oyéndole, el niño se alarmó, y miró nadando hacia su mamá. Pero fue demasiado tarde. Desde el muelle la mamá agarró al niño por sus brazos justo cuando el cocodrilo le agarraba sus piernas.

La mujer tiraba con toda la fuerza de su corazón. El cocodrilo era más fuerte, pero la mamá era mucho más apasionada, y su amor no la abandonaba. Un señor que escuchó los gritos, se apresuró hacia el lugar con una pistola y mató al cocodrilo. El niño sobrevivió y, aunque sus piernas sufrieron bastante, aún pudo llegar a caminar.


Cuando salió del trauma, un periodista le preguntó al niño si le quería enseñar las cicatrices de sus pies. El niño levantó la colcha y se las mostró. Pero entonces, con gran orgullo se remangó las mangas y señalando las cicatrices en sus brazos le dijo: "Pero las que usted debe ver son éstas". Eran las marcas de las uñas de su mamá que habían presionado con fuerza.Dibujo animado de un personaje animado

Descripción generada automáticamente con confianza baja

- "Las tengo porque mamá no me soltó y me salvó la vida".



En nuestra ORACIÓN DE FAMILIA  hoy, Señor,  te damos a gracias por:


Por todas las personas de nuestra familia, del colegio, de nuestro grupo de amigos que en alguna ocasión nos han agarrado fuerte para que no hiciéramos algo mal o fracasáramos. Gracias por las veces que Dios también nos agarra fuerte para hundirnos, aunque no nos demos cuenta. Por todo, gracias Señor.