Miércoles, 25 de octubre

“JAMÁS ME HE DECIDIDO A NADA...”


Por la vereda de musgo caminaban el vasallo, el paje y un hombre joven de físico vigoroso, pero de voz cansada, casi imperceptible. Al andar, el hombre iba lamentándose:

- De pequeño quise ser el mejor constructor del Imperio. Y ahora...

- Cuando cumplí la mayoría de edad -prosiguió el hombre-, soñé con irme a la conquista de nuevos Reinos. Pero, ahora...

- Hace un par de años intenté casarme y formar una familia numerosa. Y ahora...

Entonces el vasallo pensó dentro de sí:

- “¡Pobre hombre! Ha querido hacer tantas cosas y no ha podido realizar ninguna. Quizá le faltaron los medios, o alguien que le apoyara. Se ve que el pobre sufre mucho.” -  Entonces le dijo ¿Podemos ayudarte en algo?

El hombre, frotándose las manos, respondió:

- Sí. ¿Puedéis decirme qué se necesita para decidirse a hacer algo en la vida?- y después de hacer una pausa concluyó- ¿Sabéis? Jamás me he decidido a nada...


En nuestra ORACIÓN DE FAMILIA  hoy,  Señor, te pedimos:

En la vida, si no pasamos a la acción, todo quedará en el terreno de los sueños. ¡Cuántas veces vemos nuestros deseos truncados, por el simple hecho de no decidirnos a realizarlos a tiempo! Te pedimos hoy que nos des la fuerza necesaria para decidir el mejor camino en nuestra vida, para ser valientes y cumplir tu voluntad. Te lo pedimos Señor.